La arquitectura orgánica de Frank Lloyd Wright

Su concepción de la arquitectura se vio forjada por su infancia en una granja de Wisconsin, donde vivió en medio de la naturaleza. Frank Lloyd Wright (EU, 1867) tuvo una visión orgánica sobre la filosofía de la arquitectura que lo colocó como uno de los maestros del siglo XX. Puso distancia entre los convencionalismos y, en general, con la idea del espacio de la época. (Mar, 05 Nov 2013)

La arquitectura orgánica de Frank Lloyd Wright

Después de abandonar sus estudios en Ingeniería, Frank Lloyd Wright comenzó su carrera como arquitecto en solitario. Su primera obra de esta época fue Charnley House, Chicago (1892), a la que le seguirían las viviendas que se reconocerían como arquitectura doméstica o prairies houses. En este periodo Lloyd Wright configuraría su particular estilo de carácter compacto y austeridad decorativa.

Los primeros atisbos de su obra transformadora surgieron durante estos años: la concepción del espacio horizontal, la extensión del espacio interior sobre la configuración del exterior y los espacios “cerrados” organizados a base de dos ejes que se cruzan y la prolongación del techo en alas que forman pórticos. –
Su innovación en la arquitectura se evidenció en el Larkin Company Administration Building: un espacio vacío de piso a techo pensado para que las plantas tuvieran una caída natural en la estructura. Por una tragedia en la que murió su familia, abandonó el país y se mudó a Japón. En el país del sol naciente dejó su firma con el Imperial Hotel de Tokio.

Después de un periodo de reflexión, y tras reconstruir en dos ocasiones el Taliesin, volvió a la actividad de la mano del hormigón, material que sería la base de una de sus obras más reconocidas: la Casa Kaufmann o Casa de la Cascada, una experiencia arquitectónica que integra la naturaleza a la estructura, un perfecto equilibrio entre las formas del terreno. Casa Kaufmann sería la punta de lanza para desarrollar el concepto de arquitectura orgánica, acuñado por Bruno Zevi, y que posicionaría a Wright como su máximo exponente.

A Lloyd Wright se le reconoce como precursor de la arquitectura moderna y su ideal del binomio arquitectura-naturaleza se extendió por más de sesenta años. Otras de sus obras más conocidas son el complejo Taliesin West, en Phoenix, y la brillante propuesta con el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, en la que Wright concibió una nueva idea del espacio a partir de estructuras curvas y circulares en un edificio público.

Desde las populares casas de pradera caracterizadas por su completa integración en el entorno, cubiertas más grandes que las fachadas y ventanas de secuencias horizontales, la personalidad arquitectónica de Lloyd Wright estuvo definida por la resignificación de los espacios interiores, desde su criterio, estos no deberían concebirse como estancias cerradas sino conectadas. El arquitecto se caracterizó por diseñar espacios en los que las habitaciones se abren continuas a las demás y proyectan una sensación de amplitud y apertura que permiten la entrada de la luz. Con su innovación en la concepción de las estancias, Wright estableció la diferencia entre espacios definidos y espacios cerrados, los primeros marcados por los techos y separaciones de materiales ligeros.

Sobre la arquitectura orgánica, Lloyd Wright la describió:
Y aquí estoy ante ustedes predicando la arquitectura orgánica, declarando que es el ideal moderno y la enseñanza tan necesaria si queremos ver el conjunto de la vida, y servir ahora al conjunto de la vida, sin anteponer ninguna “tradición” a la gran TRADICIÓN. No exaltando ninguna forma fija sobre nosotros, sea pasada, presente o futura, sino exaltando las sencillas leyes del sentido común —o del súper-sentido, si ustedes lo prefieren— que determina la forma por medio de la naturaleza de los materiales, de la naturaleza del propósito… ¿La forma sigue a la función? Sí, pero lo que importa más ahora es que la forma y la función son una.
F. L. Wright, Organic Architecture, 1939

La arquitectura orgánica es una filosofía que debe pensarse desde todos los aspectos de la vida humana. Tomar en cuenta las características psicológicas antes de la función primera de la disciplina como útil para la producción de espacios habitables por el hombre. La idea del organicismo se plantea desde el equilibrio entre el desarrollo humano y el mundo natural. Así, las construcciones, edificios y mobiliario pasan a ser parte de una composición, no como recursos impuestos en el paisaje.

La arquitectura orgánica busca aportar nuevos valores a la disciplina a partir de aspectos como la planta libre, el predominio de lo útil sobre la ornamentación y el aprovechamiento de los recursos industriales para armonizar el ambiente. El legado arquitectónico de Wright puede resumirse en dos conceptos que constituyen el centro de su reflexión: la continuidad exterior del espacio interior dentro de la armonía entre naturaleza y arquitectura y la creación de un espacio expresivo en el interior de un volumen abstracto.

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